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Fuente de Diana Cazadora

Se trata de una fuente del siglo XIX, se inauguró en 1850 y aunque su nombre es el de Fuente de Diana Cazadora, también se la conoce como Fuente de la Cruz Verde, tomando así, el nombre de la plaza donde está ubicada, que recibe a su vez este nombre por ser este lugar un sitio donde la Inqusición ejecutaba a los reos, y entonces era costumbre señalar estos lugares con una cruz pintada de verde. De ahí el nombre.

Ante la necesidad de suministrar agua potable, el Ayuntamiento de Madrid se plantea la construcción de una fuente, siendo alcalde (corregidor) el marqués de Santa Cruz. Así que se encargó al arquitecto Martín López Aguado su construcción, para aprocehar el grupo escultórico de la fuente de Puerta Cerrada, ya desaparecida, que es obra de los escultores Ludovico Turqui y Francisco del Valle, allá por el siglo XVIII.

La fuente es de diseño clásico y combina piedra blanca y granito con el modesto ladrillo que se justifica al estar incrustada en la pared. Esta pared, antaño se correspondía con la fachada del huerto del Convento de las Bernardas del Santísimo Sacramento, hoy ya desaparecido. Dicho muro frena el terraplén que hay por el gran desnivel entre la calle Segovia y Mayor, como se puede apreciar en la foto. Las fuentes de Madrid de los siglos XVII y XVIII solían ser pilastras o columnas, sin embargo, en este caso, la fachada de la que hablamos, condiciona enormemente su diseño arquitectónico, por eso, realmente se trata de una fuente de 5 caños, que vierte sus aguas en tres pilones.

La fuente consta de tres partes que están unidas por un zócalo de granito. El bloque central tiene un escudo de Madrid labrado en piedra blanca, bajo el cual está escrito: «Siendo correjidor el Excmo. Sr. Marqués de Sª Cruz. Año de 1850».

La estatua de la diosa Diana, diasa de la caza y protectora de la naturaleza, aparece majestuosa sobre el dintel del bloque central, más alto que los otros. La escultura está hecha en mármol blanco, y el grupo está compuesto por dos delfines mitológicos que los tiene a los pies, y dos piñas ornamentales.

Autor: Juan Antonio Jiménez

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