El Puente de la Culebra

Para mí uno de los parajes más bonitos que tiene esta ciudad es la Casa de Campo, junto al Retiro uno de los pulmones de Madrid. Que si no fuera por el grado de deterioro que viene sufriendo año tras año, sería una delicia pasear entre sus árboles y visitar alguno de los sitios de interés que se esconden en ella.

En la zona del Zarzón, en las cercanías del Parque Zoológico de Madrid, sobre un riachuelo conocido como el Arroyo de Meaques, aunque en este lugar, sus aguas se han represado para crear el Estanque Chico, se levanta el conocido como el Puente de la Culebra, que debe su nombre a la forma ondulante de la construcción que recuerda a dicho reptil. Es curioso las veces que he atravesado este puente ajena a la historia que escondía sus pretiles.

El origen de este pulmón de Madrid, se encuentra en la antigua casa de campo de la Familia Vargas. Una familia muy antigua y con mucho abolengo en Madrid, incluso en la Edad Media, San Isidro Labrador trabajo como jornalero en las tierras de los Vargas. En el siglo XVI, el monarca Felipe II, gran aficionado a la caza, y como tenía la pretensión de convertir a Madrid en la Capital de España (1561), en el año 1556, decide adquirir la antigua casa de campo de los Vargas, ya que unía el Alcázar, que con el tiempo se convertiría en el Palacio Real, y el cazadero del Pardo.

Con el devenir de los años se fueron añadiendo diversas tierras de labor y fincas vecinas. El monarca Fernando VI, por la riqueza cinegética de la Casa de Campo y por la cercanía al Palacio Real decide declararla como Bosque Real. El Rey Carlos III adopta la decisión de darle un nuevo cariz a la Casa de Campo y decirle añadir elementos agrícolas y ganaderos.

El reinado de este soberano, que pasara a la historia con los sobrenombres de “Rey Albañil” o “El Mejor Alcalde de Madrid”, coincide con el auge de la Ilustración en España. Continuando con los principios de los Ilustrados y con el afán de dignificar esta ciudad, se construyeron un gran número de edificios, tales como la Casa de la Aduana, El Observatorio Astronómico, fuentes como la “Fuente de la Alcachofa”, “Neptuno”, “La Cibeles”; se emprendieron reformas urbanísticas como la mejora de la Calle de Alcalá. De esta etapa destacan personajes como Ventura Rodríguez o Juan de Villanueva, pero el protagonismo más destacado, lo tuvo, Francisco de Sabatini, a quien Carlos III, ya conocía con anterioridad, porque Sabatini participo en la construcción del Palacio Real de Casarta, mandado edificar por el entonces Rey de Nápoles Carlos VII, que por una serie de circunstancias históricas, que se escapan al ámbito de este articulo, se convertiría en el Monarca español, Carlos III.

Sabatini llega a Madrid en el año 1760 y desde esta fecha hasta el año 1797, cuando fallece en Madrid, el arquitecto desarrollo su trabajo en España. Realizó un gran número de monumentos, destacando uno de los principales referentes turísticos de esta ciudad, la Puerta de Alcalá. Pero la obra de este ingeniero militar y arquitecto no solo puede reducirse a estos monumentos, sino que su actuación abarca también proyectos urbanísticos, palacios, edificios civiles, hospitales, conventos, caminos, etc. Aunque es frecuente relacionar la Ilustración con el Neoclasicismo, sin embargo el estilo de Sabatini esta más cerca del Barroco Tardío, que del Neoclasicismo y su obra puede considerarse de transición entre los dos estilos.

En este contexto no es extraño que Carlos III le encargara el proyecto de reforma de la Casa de Campo, que se plasmo en la reconstrucción de la casa palacio de los Varga, finalizó la cerca o la muralla de la Casa de Campo, en la construcción de la Iglesia de la Torrecilla y la reordenación de la red hidráulica, realizada por José de la Ballina, bajo la supervisión de Sabatini.

En 1780 se le encarga que proyecte una serie de puentes sobre el Arroyo Meaques, en la actualidad se conservan 3: El de la Agachadiza, El Álamo Negro (conocido también como el Puente de Batán) y el Puente de la Culebra.

La mayoría de las edificaciones que construyo Sabatini en la Casa de Campo se caracterizan por su carácter utilitario, en donde se puede apreciar la formación de Sabatini, como ingeniero militar, sin embargo en el Puente de la Culebra, Sabatini destacó como un gran arquitecto, y tiene una función estilística mas que utilitaria, ya que por su tamaño no podían circular carruajes.

Para mí uno de los parajes más bonitos que tiene esta ciudad es la Casa de Campo, junto al Retiro uno de los pulmones de Madrid. Que si no fuera por el grado de deterioro que viene sufriendo año tras año, sería una delicia pasear entre sus árboles y visitar alguno de los sitios de interés que se esconden en ella.

En la zona del Zarzón, en las cercanías del Parque Zoológico de Madrid, sobre un riachuelo conocido como el Arroyo de Meaques, aunque en este lugar, sus aguas se han represado para crear el Estanque Chico, se levanta el conocido como el Puente de la Culebra, que debe su nombre a la forma ondulante de la construcción que recuerda a dicho reptil. Es curioso las veces que he atravesado este puente ajena a la historia que escondía sus pretiles.

El origen de este pulmón de Madrid, se encuentra en la antigua casa de campo de la Familia Vargas. Una familia muy antigua y con mucho abolengo en Madrid, incluso en la Edad Media, San Isidro Labrador trabajo como jornalero en las tierras de los Vargas. En el siglo XVI, el monarca Felipe II, gran aficionado a la caza, y como tenía la pretensión de convertir a Madrid en la Capital de España (1561), en el año 1556, decide adquirir la antigua casa de campo de los Vargas, ya que unía el Alcázar, que con el tiempo se convertiría en el Palacio Real, y el cazadero del Pardo.

Con el devenir de los años se fueron añadiendo diversas tierras de labor y fincas vecinas. El monarca Fernando VI, por la riqueza cinegética de la Casa de Campo y por la cercanía al Palacio Real decide declararla como Bosque Real. El Rey Carlos III adopta la decisión de darle un nuevo cariz a la Casa de Campo y decirle añadir elementos agrícolas y ganaderos.

El puente se caracteriza por un rasgo muy común en la obra de Sabatini, la sencillez, ya que el arquitecto recibió una formación militar, que confiere a sus construcciones un aspecto sobrio.

En cuanto al material empleado, señalar que combina el ladrillo rojo, empleado en los arcos, con el granito que se encuentra, mayoritariamente, en la parte superior, más concretamente desde una especie de saliente, que forma una línea de imposta.

Pero lo mas llamativo de este puente, es la ondulación de los pretiles de piedra, que recuerda a una serpiente, motivo por el cual al puente se le conoce como el de la Culebra, como he mencionado con anterioridad.

Todo el conjunto esta rematado con diez pináculos de piedra. Que tuvieron que ser remplazados debido a un acto vandálico, acaecido en el año 2003, en el que fueron destruidos algunos de los pináculos.

 

Fotografías por Cristina Martín San Roque

 

Bibliografía:

  • VVAA: Madrid. Tomo 1. Espasa Calpe. Madrid 1979.
  • VVAA: Historia de España. Tomo 16 “El Reinado de Carlos III”. Barcelona Salvat Editores.

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Cristina Martín San Roque

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