Los helicópteros de Colmenar Viejo
No muy lejos de la capital tenemos la Base Aérea de Getafe, con instalaciones del Ejército del Aire, y con la gran factoría de la antigua empresa Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA), hoy integrada en el conglomerado europeo Airbus. Luego está el caso de dos campos situados en la zona del Puerto de Somosierra en distintas épocas. En el lado madrileño del puerto, junto al propio pueblo de Somosierra, estaba la Escuela de Vuelo sin Motor, y en el lado segoviano, en Santo Tomé del Puerto, subsiste un campo destinado a la aviación deportivo.
En la provincia de Toledo, pero no lejos de la linde con Madrid, está el aeródromo de Casarrubios, deportivo como el de Santo Tomé, y también el de Ocaña, de larga tradición en la formación de pilotos. Hubo también un aeródromo militar en Alcalá de Henares, que se cerró por la complejidad de mantenerlo tan al lado de Torrejón y de Barajas. Hay que contar también con bases improvisadas que funcionaron en los años de la Guerra Civil, y con algunas instalaciones rudimentarias que se han montado para aviones de fumigación de campos.
Nos quedan las pistas para helicópteros. Estos vehículos pueden, en caso de emergencia, posarse casi en cualquier lugar, lo que los hace muy útiles para rescatar heridos en accidentes de tráfico o de montaña. Varios pueblos de Madrid, sobre todo de los situados en zonas de montaña, disponen de pequeñas “helisuperficies” para evacuar enfermos a los hospitales en caso de que las nevadas dejen cortadas las carreteras. También hay pequeñas bases que en los veranos albergan helicópteros destinados a la extinción de incendios, aunque en caso de fuegos de grandes dimensiones se impone el uso de aeronaves con más capacidad de carga de agua, y se llama a los hidroaviones Canadair 215 que el Ejército del Aire tiene basados en Torrejón, con capacidad para posarse sobre cualquier lago o embalse y cargar en él sus depósitos.
En Madrid-capital existen varias pistas estables para helicópteros. La más céntrica, aunque invisible desde la calle, se encuentra en el Banco de España. Otra está en la Dirección General de Tráfico, entre la Avenida de América, la Ciudad Lineal y la calle de Josefa Valcárcel. La Policía tiene una en su sede junto al Acueducto de Amaniel, el CNI tiene otra en su edificio de la Cuesta de las Perdices, y la Guardia Civil tenía otra en el Tercer Depósito del Canal de Isabel II, en terrenos que ahora ocupa la ampliación del Parque de Santander. Estas instalaciones son relativamente modestas, y solo sirven para el despegue y aterrizaje de los helicópteros, pero carecen de hangares para su resguardo, reparaciones, etc… Para encontrar verdaderas bases de helicópteros, equivalentes a lo que son los aeródromos de los aparatos de alas fijas, tenemos que irnos al Pinar de las Rozas (donde tienen una los Bomberos al lado de la estación de Renfe) y a Colmenar Viejo, donde tenemos la instalación objeto del presente artículo.
LAS FUERZAS AEROMÓVILES DEL EJÉRCITO DE TIERRA (FAMET)
En la mayoría de los países, la aviación militar empezó siendo un mero anexo del Ejército, caso de los primeros globos y dirigibles españoles, que tenían su base en unas instalaciones situadas en Guadalajara. Cuando llegaron los primeros aeroplanos a principios del siglo XX, la situación se mantuvo, y en la Primera Guerra Mundial, o en las guerras coloniales de España en África, luchaban pilotos de los Ejércitos de Tierra, no de una “fuerza aérea” diferenciada de ellos. Toda la fuerza militar de las naciones estaba dividida entre los Ejércitos y las Marinas, que enseguida descubrieron también el potencial de los aviones como arma del futuro, y desarrollaron su Arma Aérea equivalente al Arma Aérea de los Ejércitos. Las Marinas empezaron desarrollando hidroaviones, y también, una vez se comprobó que un avión podía ser lanzado y recuperado desde un barco, a aviones con base en portaaviones.
La remilitarización del planeta y las guerras que arrasaron Europa en las décadas de 1930 y 1940 llevaron a desarrollar las Fuerzas Aéreas como “tercer ejército” de los países, independiente por completo del Arma Aérea del Ejército y del Arma Aérea de la Armada[1]. Es cuando surge el actual “Ejército del Aire” español, la Luftwaffe alemana o ya, después de la guerra mundial, la United States Air Force (USAF), pues hasta entonces en los Estados Unidos estaba la USAAF (Fuerza Aérea del Ejército de los EEUU) y la aviación de la marina (U.S. Navy).
Y así llegamos a la situación actual, en la que los países mantienen en su mayor parte una Fuerza Aérea con aviones propios, y en el caso de ser países con acceso al mar, otros aviones que dependen de la Armada, ya sea basados en tierra (generalmente patrulleros, cazasubmarinos y similares) o basados en portaaviones. ¿Qué ha pasado con la aviación de los Ejércitos de Tierra?. Pues no ha desaparecido del todo, pero en vez de mantener aparatos “de ala fija” (aviones), mantiene aparatos “de ala giratoria” (helicópteros) para complementar las misiones propias de un ejército terrestre[2].
En España esta evolución del Arma Aérea del Ejército la constituyen las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), constituidas en un principio como Compañía de Aviación Ligera del Ejército, el 10 de julio de 1965[3]. La formación de los primeros pilotos la realizó el Ejército del Aire, pero al poco los militares de Tierra fueron adquiriendo independencia plena a nivel de personal y a nivel de instalaciones.
LA BASE AÉREA DE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS
Se construyó en la primavera de 1966 y toma su nombre de la cercana Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, situada a cuatro kilómetros al norte de Colmenar Viejo, y que data del siglo XVII, aunque se cree que el culto cristiano es muy anterior, pero venerando a San Bartolomé en lugar de a la madre de Jesucristo, y hay indicios de que el lugar ya albergaba alguna presencia humana en la época de los romanos.
Los helicópteros más característicos de la primera época de la base de Colmenar Viejo fueron los Bell de procedencia norteamericana, que en denominación militar de los EEUU se conocen como UH-1 (y derivados) y en el mundo civil también tienen numerosos ejemplares designados como Bell 204, 205, 212 y derivados. Son el tipo de helicópteros que combatió en Vietnam, y que nuestro ejército destinó enseguida al particular Vietnam que por entonces era el quebradero de cabeza de los políticos españoles: la guerra del Sáhara. De hecho, los Bell de un país y de otro comparten mucho significado simbólico de “fin de una época”, pues la presencia americana en Vietnam finalizó con uno de estos aparatos evacuando a los últimos diplomáticos y agentes de la CIA de la embajada de Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh) y la presencia española en el Sáhara terminó con varios helicópteros evacuando la ex - provincia en los primeros momentos del reinado de Juan Carlos I.
Esta tradición de aventura de ultramar se ha mantenido, y desde entonces las FAMET de Colmenar han intervenido, tras la integración de España en la OTAN y otros organismos supranacionales, en multitud de misiones en tierras lejanas, como el Kurdistán, Bosnia, Kosovo, Líbano y otros puntos conflictivos del mundo. A los Bell originales se han ido sumando los enormes Boeing CH-47 Chinook, de dos rotores, capaces de volar a 315 kilómetros por hora y de transportar cincuenta soldados. Tanto unos helicópteros como otros son diseños de los años 60 que se van actualizando con reformas o nuevas versiones, pero que debido a su robustez son insustituibles y siguen formando parte de la mayor parte de los ejércitos occidentales.
La base se encuentra a una altitud de 995 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con dos grandes áreas de estacionamiento de helicópteros llamadas “Plataforma A” y “Plataforma B”, y de una pista de 415 metros de longitud por 25 metros de anchura, que en caso necesario podría ser utilizada por aviones de pequeñas dimensiones o con características STOL (Short Take Off and Landing, despegue y aterrizaje corto).
Junto a estas instalaciones se encuentra un radiofaro que emite en la frecuencia de 319 Khz.
DEL CORONEL MATÉ A LA UME
Aparte de su denominación tradicional de “Los Remedios”, la base de Colmenar se conoce oficialmente como “Base Coronel Maté” en honor del primer jefe de las FAMET, el coronel de Ingenieros Ángel Maté Sánchez, veterano de la División Azul, que se estrelló cerca de la base el 20 de abril de 1977 y fue condecorado por el Rey, a título póstumo, con la Medalla del Ejército, el 16 de noviembre de 1979.
Desde hace unos años, la Base Coronel Maté alberga varios helicópteros Eurocopter EC-135 de la Unidad Militar de Emergencias (UME)
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