Zanja en la calle de la Almudena. ¿Restos de la antigua iglesia?

El pasado jueves 2 de mayo, cuatro miembros de La Gatera de la Villa han podido comprobar  que el Canal de Isabel II ha abierto hace varios días una zanja en dirección oeste-este, de unos cuatro metros de longitud y unos 50 cm. de anchura en la calle de la Almudena, desde la fachada oriental de Bailén, nº 19,  unos pocos metros al norte de los restos musealizados de la cabecera de la Iglesia de Santa María. Y en medio de dicha zanja aparecen una cimentación en ladrillo que pudiera corresponderse con la fachada nororiental de la desaparecida iglesia.  Y por supuesto, se observan bastantes ladrillos macizos sueltos y fragmentos. También resaltan al final de dicha zanja varios grandes fragmentos de granito que asoman parcialmente de entre la tierra, quizá formando originalmente parte de algunos sillares.

Ignoro si hay seguimiento arqueológico, pero si ha aparecido esa cimentación, creo que sería interesante tratar de descubrir en esa callecita peatonalizada cuánto más se conserva bajo el pavimento, y ¡quién sabe! dar con los restos del claustro cisterciense de Santa María.

El profesor Castellanos Oñate resalta el siguiente texto del cronista del siglo XVII Juan de Vera Tassis extraído de su obra "Historia de la Milagrosa Imagen de Santa María la Real de la Almudena" (publicada en 1692):  "este mismo año de 38 -se refiere a 1638- (...) viendo como se auían atrassado los medios (...) para la fábrica de la iglesia Colegial (...) determinaron los deuotos de la Virgen (...) mejorarla el Templo, que dexó tan maltratado la tempestad passada, con que ofreciendo cada vno limosnas correspondientes a su caudal, se revolvieron a perficionar, ya que no a ensanchar, esta antigua Iglesia (VT. II. 411-413) (...) "al derribar la Capilla Mayor (...) encontraron extraordinaria , aunque tosca arquitectura, y cimientos diferentes, por lo cval demostraba ser añadida en diuersos tiempos; y lo que más comprobó su declaración, fue encontrar en Lucilos Sepulcrales Epitaphios Latinos con los mismos caracteres, y señales que vsaban los Romanos (...). También en esta nueua fábrica se encontró azia la parte donde oy carga el nuevo Retablo vn profundo cimiento que señalaba auerse elevado en el mismo sitio que aquel primer Oratorio."

Los profesores,  Bravo Navarro, y Sancho Roda, en su obra "LA ALMUDENA. Historia de la Iglesia de Santa María la Real y de sus Imágenes" (1992), al referirse a la aparición de distintos epitafios sepulcrales romanos narran en la página 4 del referido trabajo: (...) entre (los testimonios lapidarios romanos aparecidos en Madrid) los cuales destacamos, por su interés con nuestra narrración, la inscripción sobre lápida que se encontraba inicialmente en uno de los ángulos exteriores (esquina de la parte de poniente) de la IGLESIA DE SANTA MARIA DE LA ALMUDENA, según se pone de manifiesto en la Crónica Antigua y Moderna de Madrid, y que decía así:

        DOMITIO L.L.
        LICAUGIN. PIA.
        MARITO SUO CAR.
                   F.
 

que se ha traducido por: "LICAUGINA PIADOSA A SU MARIDO AMADÍSIMO, DOMITIO, LIBERTO DE LUCIO".  Y también por "ESTE SEPULCRO HIZO A SU MARIDO DOMICIO LELIO, natural de LICAUGIN"

Si llega a excavarse todo el tramo de calle peatonalizada podría comprobarse la continuidad por la misma de la fachada oriental de la Iglesia de Santa María, continuada por las dependencias de la Real Esclavitud de Nuestra Señora. De confirmarse su existencia sería interesante escavar el tramo final de la calle de la Almudena, tras el recodo que hace en los jardines donde se ubica el busto de Mariano José de Larra, Fígaro, hasta su desembocadura en la calle de Bailén. En ese ámbito y en tradado en diagonal y próximo a la fachada norte de la finca de Bailén nº 19, podria comprobarse la posible subsistencia de restos del testero septentrional del claustro románico de esta iglesia, cuando fue constituida en colegiata con comunidad de religiosos de la Orden Benedictina a instancias del Rey Alfonso VI. Podemos hacernos una idea muy aproximada del plano del templo y de las dependencias colegiales -distribuida en modo y forma de los monasterios benedictinos- gracias al trabajo del profesor y arquitecto ya mencionado Castellanos Oñate, y cuyo enlace facilitamos, tanto para ilustrarnos con la lectura de tan minucioso y esclarecedor ensayo sobre el devenir histórico y material del antiguo templo de la Almudena, como para comprobar por medio sus meticulosos planos, el espacio que ocupaba el cenobio benedictino, que nos da a entender la posibilidad de la subsistencia de restos arqueológicos relacionado con el mismo, y que serían fácilmente accesibles al ocupar un espacio de vía pública vedado al tráfico rodado, con excepción del acceso al estacionamiento particular subterráneo del Instituto Italiano de Cultura.

Enlace al ensayo del Profesor Castellanos Oñate:

La iglesia mayor de Santa María de la Almudena: reconstrucción ideal de su arquitectura

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Julio Real

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