En tren por debajo del Bernabéu

Cuando viajamos en el tren de Cercanías entre las estaciones de Chamartín y de los Nuevos Ministerios, no por el túnel abierto hace pocos años hacia la Puerta del Sol, sino por el original, por el que van los trenes de Alcalá de Henares y de Cercedilla, a menudo ignoramos que pasamos durante unos segundos bajo el campo de fútbol del Real Madrid.

Esto es debido a que ese túnel no sigue fielmente el subsuelo del Paseo de la Castellana (como hace, por ejemplo, el Metro de las plazas de Lima y Cuzco) sino que fue excavado años antes de que la propia Castellana se prolongara por esos parajes, cuando casi todos ellos eran cuasi rurales o rurales.

El túnel ferroviario de Atocha a Chamartín se empezó a construir en el año 1933, por iniciativa del político Indalecio Prieto, que entonces era ministro de Obras Públicas de la IIª República. Por entonces ya estaba decidida también la prolongación del Paseo de la Castellana desde los Nuevos Ministerios hasta el empalme del Hotel del Negro con la antigua Carretera de Burgos (hoy Plaza de Castilla), pero ese proyecto fue interrumpido por la Guerra Civil y no pudo pasar del papel a las excavadoras hasta la década de 1940.

En esa década de 1940 la situación de las diversas obras públicas entre los Ministerios y Chamartín experimentó los siguientes cambios:

-El túnel del ferrocarril está excavado y terminado, aunque sin vía, a la espera de que se terminen algunos tramos situados más al sur, como por ejemplo el enlace con la estación de Atocha.

-Se construye la prolongación de la Castellana (durante esos años, Avenida del Generalísimo Franco)

-El Real Madrid termina en 1947 su nuevo estadio. Ya disponía de uno más pequeño en el mismo lugar desde mucho atrás -“el campo de Chamartín”, como se le llamaba-, pero estaba situado de manera oblicua, y el actual estaba preparado para cuadrar con la alineación del nuevo Paseo de la Castellana.

El nuevo estadio quedó ubicado en parte sobre el túnel del ferrocarril, que fue finalmente abierto al servicio mucho más tarde, en el verano de 1967. No fue el único caso en el que se realizaron edificaciones por encima del subterráneo, pues al construirse entre 1979 y 1981 el rascacielos del Banco de Bilbao, esta torre quedó situada justo a la salida de la estación de Nuevos Ministerios hacia Chamartín, con lo que la cimentación y algunos de los sótanos del edificio quedan, en determinados lugares, a la profundidad del túnel. Los trenes pasan, literalmente, entre una y otra parte de los sótanos.

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Autor del artículo

Juan Pedro Esteve García

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