La casa del Pastor
La denominada Casa del Pastor estuvo en la calle de Segovia número 21, esquina a la cuesta de Bailén. La tradición cuenta que su nombre se debe al pastor de ovejas que la recibió en herencia del arcipreste don José, el cual dejó en su testamento que su casa fuera entregada a aquel que primero cruzara la puerta de la Vega cuando él muriera [1] .
Según Manuel Montero Vallejo el edificio debió de ser construido en el siglo XVIII y tenía adosado un escudo de la Villa «no anterior a los principios de 1700» [2] .
La casa aparece en el plano de Texeira con un pequeño jardín posterior y adosada a ella, la Fuente de los Caños del Peral (nº 60). En el de Ibáñez de Íbero ha desaparecido ya la fuente y el solar ha ampliado su extensión, fruto de tres casas colindantes que, a partir de 1770, dos de ellas fueron unidas y, posteriormente, la tercera, formando a partir de entonces un bloque unitario.
La Casa del Pastor tenía cinco pisos incluyendo las buhardillas y acceso por la citada la cuesta de Bailén. Fue derribada por ruina en mayo de 1976 (otras fuentes señalan el año 1972) permaneciendo sus cimientos a la vista así como un lienzo de sillares de granito que servía de marco para un escudo renacentista de la Villa. Este probablemente formaba parte de la decoración de la antigua Fuente de los Caños Viejos que debió de desmontarse a finales del siglo XVIII y que, tras la desaparición de esta, se colocó en la pared occidental de la Casa del Pastor.
En 1980 la Hoja del Lunes denunció que el citado escudo permaneciera «olvidado y tapiado bajo un muro de ladrillo (...) y que se hubiera abierto un agujero (...), que ponía en peligro el pétreo blasón madrileño ya que se quemaban en esa “chimenea” improvisada trapos y papeles» [3] .
La construcción de la nueva Casa del Pastor, en su mismo emplazamiento, estuvo rodeada de una gran polémica -basada en intereses vecinales carentes de la más mínima razón- ampliamente recogida a través de los medios de comunicación. A principios de 1988 se creó una Coordinadora de Defensa del Patrimonio Histórico de la Casa del Pastor con el fin de salvar los –a su juicio- «cuatro pasadizos subterráneos» (cinco, según Montero Vallejo en su libro Madrid musulmán, cristiano y bajo musulmán) y que dos, al menos, estaban en buen estado. Estos túneles, de origen desconocido, «dos se dirigían al Palacio Real y al Alto de Extremadura por debajo del Campo del Moro y otros dos a la Puerta Cerrada, a la Puerta de Moros y al palacio de la Aldaba» (sic).
La Coordinadora proponía reconstruir el edificio y destinarlo a centro turístico sobre los orígenes de Madrid «y que fuera punto de arranque de los circuitos turísticos (...). Los pasadizos constituyen una red de galerías subterráneas tan importantes como los de París o Roma y podrían significar una fuente de ingresos turísticos» [4] . Se argumentaba a favor de la propuesta que el Ayuntamiento de Madrid tuvo su primera sede en esta casa como lo probaba el escudo adosado a la pared occidental, nada menos que del siglo XIV o del XV. Como es bien sabido, el Concejo se reunía en la Edad Media en la claustra de la iglesia del Salvador, frente a la plazuela de igual nombre, hoy plaza de la Villa. En cuanto al blasón, data del siglo XVII.
Un año antes, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid realizó varias catas arqueológicas. El solar de la Casa del Pastor se hallaba en una «manzana que prácticamente estaba intacta a pesar de las sucesivas renovaciones a las que fue sometido el barrio» [5] . Se trataba de un edificio modesto y sin ningún valor artístico construido en el siglo XVII o XVIII.
La campaña arqueológica se realizó en los meses de febrero y marzo de 1987. El solar tenía tres niveles a diferentes cotas con una diferencia de 10,50 m entre la más baja (calle de Segovia) y la más alta (cuesta de los Caños Viejos). La casa esquinera entre la calle de Segovia y la cuesta de Bailén era la correspondiente con la propia del Pastor.
A través de las prospecciones se pudo documentar la existencia de «una red de varias conducciones de agua, en dirección S-N, a la que se accedía por medio de un registro de mampostería de ladrillo (...) de planta rectangular y sellado mediante una losa de granito. La bóveda de conducción principal era de medio cañón con despiece adovelado de ladrillos unidos con argamasa,», dos ramales vertían a ella sus aguas. «El suelo de la galería principal estaba cubierto con losas rectangulares de granito, ofreciendo una ligera pendiente descendente hacia el norte» [calle de Segovia] a una profundidad de 2,02 metros. Entre los restos aparecidos se encontraban «dos cráneos de mujer –uno de ellos en perfecto estado de conservación- y restos óseos».
En el solar intermedio aparecieron dos pozos y una cañería de cerámica. El primero de los pozos, del que solo se pudo vaciar 1,40 m de profundidad debido a su estrechez (0,80 m) era «de ladrillos unidos con una argamasa caliza muy poco consistente y revestido de cal, prácticamente perdida»; el segundo, aunque algo más ancho, solo se pudo profundizar hasta 1,80 m y debió de ser de registro pues aún conservaba los huecos de forma triangular para poder bajar y subir, estaba hecho en mampostería de ladrillo y conservaba prácticamente intacto el revoco de cal en su interior. En cuanto a la galería de cerámica tenía forma de «bóveda de cañón realizada mediante un curioso sistema de cubrición consistente en adosar a la misma unas planchas de barro cocido que, a su vez, apoyan [apoyaban] sobre los muros de la galería, hechas con mampostería de ladrillo, si bien la parte interior de los mismos muestra [mostraba] un zócalo de piedras de sílex irregulares con orientación S-SO/N-NE». Se deslizaba suavemente hacia el norte, medía 1,30 m de altura por 0,60 m de ancho y torcía suavemente hacia el norte a lo largo de 3,50 m, hasta donde quedó cortada y tapiada. Hacia el sur tan solo se adentraba 1,50 m y luego torcía a la izquierda donde estaba igualmente cortada.
Finalmente, en el tercer solar, el más alto, se descubrió un pozo de 0,80 m de diámetro y 2,15 de profundidad realizado en mampostería de ladrillo y revestido en su interior por una gruesa capa de caliza, datado en los siglos XVIII o XIX; así como una estrecha galería de agua (0,40 m) y de poca altura (0,75 m) que se cruzaba con otra en forma de “T” en dirección O-NE.
Tanto el pozo como la galería «aprovecharon, a la hora de emprender su construcción, la solidez ofrecida por un gran lienzo fabricado mediante la alternancia de hiladas de piedras de sílex irregulares y dobles verdugadas de ladrillo colocadas éstas a 30 y 60 ó 90 cm de distancia entre sí». Este lienzo medía 2,60 m de alto por 0,80 de ancho y, a una profundidad de 4,40 m tenía a ambos lados un empedrado hecho con cantos de río el cual había sido posteriormente reforzado con dos contrafuertes de ladrillos de sección trapezoidal de gran tamaño. Aparte se localizaron «un lienzo de aparejo de sílex con verdugadas alternas de ladrillos» así como «un muro de mampostería de ladrillo rematado en arco» desconociéndose qué papel jugaron dentro del hábitat del siglo XVII.
Los restos conservados en las ruinas del solar pertenecían a casas de viviendas de los siglos XVII y XVIII, y las estructuras pertenecientes a conducciones, ramales y galerías de agua databan del XVIII y XIX, aunque quizá alguna de ellas podría ser anterior, algo lógico teniendo en cuenta la existencia de la citada Fuente de los Caños del Peral. Según el informe final las ruinas pues carecían de interés desde el punto de vista histórico-artístico, el solar había sido un muladar, un basurero «que fue acumulando niveles arqueológicos con el paso de los siglos».
Los únicos vestigios de época islámica hallados aparecieron en un foso excavado en las margas, el cual consistía en «una gran bolsada de desperdicios de 2,60 m de profundidad y 0,60 m de ancho» relleno de abundantes fragmentos cerámico policromos y de tipo talaverano, huesos, gran cantidad de clavos de hierro de diversos tamaños, suelas de zapatos, varios dedales y alfileres así como monedas cuya cronología se correspondía al siglo XI aunque sin poder datarlo antes o después de la conquista cristiana (1085).
El nuevo edificio Casa del Pastor, de treinta viviendas, fue construido por la promotora Calpani S.A en 1990. Adosado a su pared occidental se colocó, una vez restaurado, el lienzo de sillares de granito junto con el escudo labrado de la Villa, del siglo XVII. A la derecha de éste se hallaba el acceso a la antigua casa, hoy desaparecido. En el interior de la Casa del Pastor se conservó un pequeño patio central de sillería en la planta baja.
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