La Gatera de la Villa nº 7
De mis amigos de prefaciar un nuevo número de su revista el encargo recibo, que viniendo para mí de tan altas instancias más que ruego es mandato, pues en alta estima tengo a quienes su empeño y tesón ponen en divulgar de esta noble Villa su historia, sin más recompensa que del lector la aprobación y sin más aplauso que su propia satisfacción.
Por desgracia, no ha querido el arbitrio de la voluble fortuna en esta ocasión que mi humilde pluma de mi invención el fruto o de mi conocimiento el discurso articule en palabras, que en letras plasmadas sobre el papel de esta revista recogidas se vean, como venía siendo uso y costumbre. Sin embargo, una vez más ha habido quien ha empeñado desinteresadamente su tiempo y saber – dones más valiosos que el aurífero metal - en colaborar en tan loable empresa. Gracias a ello podemos gozar de espléndidos trabajos que este número de la revista ofrece para solaz del lector.
Razones son todas ellas por las que usías habrán de perdonarme si, con gran encomio - como insistente aldaba en la puerta -, pongo el mayor empeño en que vuesas mercedes se hagan con la revista, y que si después de sosegada y reposada lectura resultara de su provecho, la den a conocer entre amigos y familiares, compañeros y conocidos. Que no quede el fruto de tan laborioso trabajo desapercibido y apenas conocido de unos cuantos.
Por ello, no sería justo ni de hidalgos de ilustre prosapia como yo no dar las gracias más sinceras a todas esas páginas amigas que nos prestan voz y recursos, heraldos desinteresados que difunden «La Gatera de la Villa» por rincones por donde sin su ayuda no llegaríamos. Ante ellos mi cabeza descubro e inclino y doblo mi rodilla rindiendo genuflexión.
No quisiera abusar más de la paciencia del amable lector, acaso deseoso de empezar con la lectura de la revista y descubrir los tesoros que encierra en su interior, mas he de hacer un último ruego, una exhortación a colaborar enviando sus historias e investigaciones a «La Gatera de la Villa». Domeñen vuesas mercedes la pereza - madre de todos los vicios -, rompan usías las cadenas de su vergüenza y embárquense con nosotros en esta hermosa aventura de descubrir Madrid y su historia. Seguro que vuesas mercedes tiene mucho que contarnos y enseñarnos.
Miau.
NOTAS:
La revista se puede descargar en PDF haciendo click sobre la imagen de portada:
Si prefiere leer los artículos online, puede acceder a través del siguiente índice:
Indice
- El convento de la Merced
- La Ruda, una calle con carácter
- Los viages de Madrid
- Crónicas desde mi azotea (II) o la que montó el señor Lacierva
- El monasterio de Santo Domingo el Real y la Madona de Madrid
- Liszt en Madrid
¡ Y además, reportaje fotográfico del Palacio de Comunicaciones, Publicidad... de hace ya un tiempo y pasatiempos !
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