Glosario arquitectónico madrileño: “Bóveda”

BÓVEDA

(Del latín volvita, de volvere, volver): Techumbre de fábrica curvada que cubre el espacio entre dos muros o arcadas paralelos.

Según la forma y estructura que adoptan podemos diferenciar distintos tipos de bóvedas, entre los cuales reseñamos algunos de ellos:

.-de Aristas: La que se forma por el cruce en ángulo recto de dos de medio punto (Foto 1)

.-de Cascarón o de Horno: La de cuarto de esfera o semicúpula (foto 2).

.-de Crucería u Ojival: La que se forma al cruzarse diagonalmente dos arcos apuntados y nervados (foto 3)

.-de Medio Cañón o Cañón: La generada por un arco de medio punto desplazado en el espacio (foto 4).

UN PUEBLO CON HISTORIA: VICÁLVARO.

Los orígenes históricos de esta antigua población no están muy claros. Remontándonos a épocas prehistóricas ha supuesto un gran descubrimiento la aparición del yacimiento más importante de minería del sílex de la Península Ibérica. Los sondeos previos al trazado de la autovía de circunvalación M-50 sacaron a la luz en la finca “Casa Montero” (foto 5) más de 3.200 pozos datados, por medio de los fragmentos cerámicos localizados, en el Neolítico Antiguo, con una antigüedad de más 7.000 años. Su enorme importancia, máxima en nuestra península, y notable en relación al resto de Europa, ha supuesto que el Ministerio de Fomento haya desplazado el itinerario inicial de la autovía unos 60 metros hacia el Oeste. Esto permitirá preservar el 60 % del yacimiento, que presenta la mayor concentración de pozos, asegurando su perdurabilidad, y previendo un proyecto por parte de la Dirección General de Patrimonio dentro del plan de Yacimientos Visitables, para hacerlo accesible al público.

La etimología, herramienta de datación cronológica.

Habrá de transcurrir un larguísimo lapso de tiempo para acreditar la existencia de Vicálvaro como núcleo poblacional estable. No obstante, distintos lingüistas y etimólogos han teorizado sobre las raíces históricas de muchas poblaciones a través de sus nombres, y relacionándolos con la comarca en que se hallan y las poblaciones que las rodean.

El topónimo Vicálvaro, se ha considerado que se compone de un prefijo latino –“vicus”- y un sufijo germánico –“álvar-us-i”­-. Se conocían como “vicus”, “vici”, en el Bajo Imperio Romano, aquellas villas agrícolas y ganaderas, en manos de ricos propietarios latifundistas, que habían experimentado un crecimiento de población y caserío al asentarse en sus dominios los servidores de la misma, y otras personas atraídas por la prosperidad y seguridad que proporcionaban dichas propiedades rurales en una época en que el sistema político y administrativo de Roma comenzaba a resquebrajarse.

No hay que descartar, por tanto, la génesis visigótica de Vicálvaro, toda vez que en julio de 2011 se ha hecho público el descubrimiento de una necrópolis de esta cultura, compuesta de unos 900 enterramientos, y datable entre los siglos VI y VII de nuestra Era.

Otra población próxima de características semejantes, sería Vallecas, cuyo topónimo latino “Vallis Egas” refleja su situación topográfica en un valle amplio, cruzado por el arroyo de La Gavia, y resguardado por el Cerro Almodóvar. En cualquier caso, ambos topónimos reflejan la identidad de sus propietarios. Egas, en el caso de Vallecas, y Álvaro, en el caso de la población que estamos historiando. Ambos nombres manifiestan su progenie germánica y, por tanto, nos indicaría su origen nacional y la época cronológica aproximada. Estas villas engrandecidas serían propiedad de dos caudillos visigodos que marcarían su impronta indeleble en ambas localidades en el período comprendido entre los siglos V y comienzos del VIII d. C.

Época islámica.

Ningún documento ni sondeo arqueológico, ha acreditado hasta el momento la existencia de Vicálvaro durante el periodo de dominio islámico en la zona central de la península. De comprobarse la misma, habría que suponer la existencia de una mínima aldea, dependiente de la plaza fuerte principal de la zona, “Mayrit” (Madrid), pasando ambas a formar parte, tras la desmembración del Califato de Córdoba (año 1031) a formar parte del Reino taifa de Toledo.

Reconquista y fase cristiana.

Tras la toma de Toledo por el Rey Alfonso VI, en el año 1085, todo este antiguo reino pasaría a formar parte de la Corona de Castilla y León, mediante las capitulaciones establecidas entre este monarca y el rey taifa Al-Qadir, que recibiría a cambio el reino de Valencia. Muchos vasallos castellanos y leoneses se asentaron en las poblaciones que había pasado a jurisdicción de los cristianos, teniendo en esta zona los segovianos un peso específico, ya que repoblaron buena parte de la zona norte y oeste de la actual provincia madrileña.

De 1352 data el primer documento conocido que menciona a Vicálvaro, que se custodia en los archivos de la Ciudad del Vaticano y trata sobre el pago del diezmo a la Iglesia; otro documento datado en 1372 trata cuestiones relativas a viñedos, ambos divulgados por la Asociación de Investigación Histórica Vicus Albus.

A finales del Siglo XV se iniciaría la construcción de su gran iglesia parroquial, dedicada a Santa María la Antigua, conservando de este período el profundo ábside de su presbiterio, siendo lo restante de la construcción datable en los siglos XVI y XVII, y en cuyo pormenor entraremos seguidamente.

Época moderna y contemporánea.

En el siglo XVII experimenta el término de Vicálvaro la primera de sus mutilaciones. Con la construcción del Real Sitio del Buen Retiro, con su palacio y jardines, Madrid empezó a fagotizar este viejo municipio. Su término originalmente alcanzaba hasta la calle del Barquillo. El camino que conducía de la Corte a Vicálvaro también se vio parcialmente mutilado por la construcción del gran parque, según podemos observar en el plano de Madrid de Pedro Teixeira, grabado en 1656 (foto 6).

El suceso más sobresaliente durante el siglo XVIII lo constituyó la traslación a esta localidad de la Real Fábrica de Paños existente en San Fernando de Henares, durante los meses de verano (debido a lo insano que resultaba el lugar para sus trabajadores), a partir de1751, instalándose en el edificio de los Padres Trinitarios Descalzos de Jesús Nazareno.

En el Siglo XIX se construye el Cuartel de Artillería (foto 7), de gran relevancia para la localidad. Su máximo protagonismo vino dado por la asonada militar que, dirigida por el general O´Donnell, derribó en 1854 el gobierno de Conde de San Luis, iniciando el “bienio progresista”.

Siglos XX y XXI.

A comienzos del siglo XX se inicia un fuerte proceso de industrialización, con la explotación de canteras de yeso y de sepiolita. Asimismo, en 1923 se instala la gran cementera Portland-Valderrivas

En los años 40 del siglo XX, el término municipal de Vicálvaro mostraba varios núcleos poblaciones desperdigados en sus extensos límites, destacando los barrios de Pueblo Nuevo, parte de las Ventas, la Elipa, y la dehesa de Moratalaz, urbanizada a partir de1958. Al mismo tiempo, el régimen franquista, siguiendo sus proyectos de creación del “Gran Madrid” procedió a la anexión administrativa de los municipios de su corona metropolitana. Vicálvaro se integró en el municipio de Madrid el 20 de octubre de 1951.

En los años 60 tuvo lugar un gran crecimiento urbano de Vicálvaro con la construcción de viviendas para alojar a la población emigrante que venía a establecerse en Madrid, surgiendo el denominado “Parque Vicálvaro”, más conocido como las “mil viviendas”, en el barrio de Ambroz.

Finalmente, a comienzos del siglo XXI, ha tenido lugar una nueva expansión urbanística de la población con el traslado de la cementera Portland-Valderrivas, y la edificación en su solar y alrededores del nuevo barrio de Valderrivas, con enormes bloques de viviendas en un entorno de amplias calles y avenidas rodeadas de nuevos parques como el de Valdebernardo, barrio este último construido en los años 90. Asimismo, se han proyectado cuatro nuevos barrios, cuya ejecución material se ha visto retrasada por la crisis económica e inmobiliaria de estos últimos años, los cuales son El Cañaveral, Los Berrocales, Los Ahijones y Los Cerros.

SANTA MARIA LA ANTIGUA DE VICÁLVARO

Y entramos, por fin a la descripción del edificio más venerable y artístico que posee hoy en día el distrito de Vicálvaro: su Iglesia Parroquial de Santa María la Antigua.

Sin olvidar la entrada del Glosario Arquitectónico de este artículo, y para tener una percepción gráfica comprensible en su estructura para el lector, hemos seleccionado la bóveda de medio cañón o cañón que cubre la nave principal del templo (foto 8). Dicha bóveda se encuentra perforada en la parte inferior de su curvatura por los denominados “lunetos” ventanales que permiten la iluminación natural del templo.

Orígenes del templo y su evolución constructiva.

No se conoce con exactitud en qué fecha fue construido el primer templo dedicado a Nuestra Señora en el pueblo de Vicálvaro.

Posiblemente se erigiera en el siglo XIV y fuese un modesto edificio de concepción románico-mudéjar rural, semejante a un ejemplo madrileño aún felizmente subsistente, y que hoy en día curiosamente retiene la misma advocación de la madrileña. Nos referimos a la Ermita de Santa María la Antigua, originalmente Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena, de Carabanchel (foto 9).

El primer documento escrito conservado sobre la antigua parroquia vicalvareña data del año 1427, constituyendo la misma una visita pastoral ordenada por el Arzobispo de Toledo, D. Juan Martínez de Contreras. Sin embargo el mismo se para poco en la descripción material del templo, haciéndolo en cambio en los bienes materiales de la parroquia en aquel entonces.

Posiblemente, a finales del siglo XV o comienzos del XVI el antiguo presbiterio, seguramente de planta semicircular como el de su homónima carabanchelera, fuera demolido y sustituido por un esbelto y poderoso ábside de tradición gótica, en el que se situó la Capilla Mayor.

La distribución y tamaño que pudiera tener el templo por aquel entonces se deduce de una petición elevada por el entonces cura de Vicálvaro, licenciado Barrionuevo, a fines del siglo XVI, al Cabildo del Arzobispado toledano para que se procediera a la ampliación del mismo, en la que destacaba la exigüidad del cuerpo de la iglesia, de apenas dos naves aprovechables en comparación con su enorme cabecera (foto 10).

Atendida la petición, el Cabildo remitió a los maestros de obras Diego Sillero y Luis Luzón, los cuales elevaron informe del estado del templo a dicho organismo y redactaron el proyecto de construcción del nuevo templo. El plan preveía la demolición del pequeño cuerpo del templo, ante la dificultad de ampliarlo, dado el mal estado de la fábrica y la armadura de las cubierta, y la edificación de un amplio templo de tres naves aprovechando la gran capilla mayor, edificada a fines del siglo XV, o comienzos del XVI que sería remodelada siguiendo los cánones del manierismo arquitectónico renacentista. Aprobado dicho proyecto, las obras se iniciarían en el año 1593, concluyéndose en sus líneas generales en el año 1620 (foto 11)

Visita al templo.

Ubicado en la calle Virgen de la Antigua, nº 9, inmediatamente advertimos que topográficamente, aunque el templo se halla situada en una posición dominante en relación al caserío circundante del casco antiguo, como solía ser norma desde la Edad Media y hasta tiempos contemporáneos, en que el poder eclesiástico ha sido determinante en la sociedad, no obstante, se encuentra a una cota bastante inferior a la sede del poder civil municipal, el antiguo Ayuntamiento, hoy ocupado su solar por la desabrida y funcional sede de la Junta Municipal de Distrito. La estrecha calle Virgen de la Antigua desciende sensiblemente desde la Plaza de Antonio de Andrés (foto 12), la antigua plaza mayor de Vicálvaro y emplazamiento de la Junta, encajonando entre sus fachadas la airosa torre de la iglesia parroquial, como colosal punto de mira, hasta dejarnos frente a su fachada principal (foto 13).

Situados frente a ella podemos comprobar que al exterior se produce una gradación decreciente. La elevada atalaya de la torre-campanario se sitúa en el lado del evangelio del templo -a la izquierda-, seguida de la nave central, y continuando el ritmo descendente, la nave de la epístola (o la de la derecha).

La fachada de la nave principal muestra las característica habituales en las construcciones eclesiales de finales del siglo XVI, finales del XVII, que comenzó el arquitecto Francisco de Mora en los conventos carmelitanos, y divulgó su sobrino Juan Gómez de Mora. Así apreciamos su composición de rectángulo vertical culminado por un frontón triangular con óculo. Los materiales constructivos del conjunto del templo se constituyen en “aparejo toledano”, es decir, cajones de mampostería entre verdugadas de ladrillo.

La portada principal está construida en piedra granítica, en arco de medio punto entre pilastras que sujetan un sencillo entablamento rematado por dos bolas escurialenses. La parte superior de la fachada muestra un austero ventanal adintelado que ilumina el coro.

La portada de madera está datada en el año 1640 (foto 14) y exteriormente fue forrada de hierro en el siglo XIX.

La torre, edificada en aparejo toledano en su primer cuerpo, y el resto en ladrillo, se compone de cinco cuerpos, teniendo la característica singular de que el último es menor en relación al resto y está rematado por tejado apiramidado de cuatro aguas recubierto de pizarra y culminado a su vez por una pequeña linterna coronada de chapitel, orbe y cruz. Los dos últimos cuerpos de la torre tienen cuatro ventanales en arco de medio punto a través de los cuales se pueden observar las campanas.

Existe otra portada de acceso al templo en el lado de la epístola, que al estar situada en la fachada Sur o del mediodía, es conocida como la puerta del Sol.

Un interior diáfano y bien estructurado.

Accediendo al interior del templo, rápidamente podemos advertir su disposición en planta basilical de tres naves, más ancha y alta la central que las laterales (foto 15), las cuales se hallan cubiertas por bóvedas de arista, y se abren a la nave central a través de arcos de medio punto sustentados por pilares cuadrangulares, en los que resaltan pilastras lisas de sencillo orden toscano, cuyos capiteles se prolongan en cornisa con escocia –moldura convexa- en su parte inferior e imposta cuadrangular en su parte superior.

Remata el conjunto del templo su gran Capilla Mayor o presbiterio (Foto 16), orientado hacia el Este, según los usos canónicos extendidos desde la Alta Edad Media. Se trata de un ábside de planta poligonal dentro aún de los cánones del tardo gótico pero de decoración renacentista como se deja ver en su cuarto de esfera y los dos tramos rectos, de tracería gallonada. De los cuatro lunetos que se abren en este ámbito, dos son ciegos.

Esta enorme capilla mayor deja ver con mayor claridad su rotundidad arquitectónica observándola desde el exterior (foto 17), con su planta pentagonal de tradición gótica, y sustentada por grandes contrafuertes de ladrillo. Llama la atención la inexistencia de ventanales entre los contrafuertes, que serían de configuración ojival, y que quizá responda a la reforma general del templo iniciada a partir de 1593, que las cegaría para poder emplazar, ya en los comienzos del siglo XVII, el retablo protobarroco destruido en 1936.

Retornando al interior del templo nos llama la atención uno de los escasos motivos decorativos que sobrevivieron al asalto y destrucción de 1936. Nos referimos a la bóveda del primer tramo de la nave del evangelio (foto 18), que muestra una decoración de yeso con motivos geométricos poligonales. Son muy similares a los que han sobrevivido igualmente en la bóveda del coro alto de los pies de la iglesia, y en la actual capilla de la Reconciliación, antiguamente Capilla de la Vera Cruz emplazamiento original de la pila bautismal.

Si dirigimos la mirada hacia la portada principal, sita a los pies del templo podemos advertir la belleza del arco escarzano que sustenta el coro alto (foto 19), como asimismo las hermosas labores de yeso barrocas de su bóveda. La lona azulada nos indica que dicha zona está siendo objeto de labores de consolidación en su estructura de viguería de madera con el fin de poder instalar un órgano que sustituya al que construyó en Madrid en 1760 el maestro organista José Loytegui, y que casi se salvó de la guerra civil, ya que fue desmantelado y destruido en 1939. La leyenda popular afirmaba que sus tubos eran de plata.

A los pies del templo, en el último tramo de la nave del evangelio, se abre la actual capilla del Pilar (foto 20). Fue edificada en 1890 por la Condesa de la Vega del Pozo, D. ª María Diega Desmaisieres y Sevillano (1852-1916), la cual tenía su residencia en la calle vicalvareña del mismo nombre, esquina a la calle del Jardín de la Duquesa (ya que también ostentaba el título de Duquesa de Sevillano). Hoy en día no resta nada de su gran palacio, cuya ubicación ocupa un solar asilvestrado con algún pequeño resto de lo que fue un jardín romántico, finalmente seccionado por la actual calle de San Cipriano, y el resto de la posesión, sita al norte de esta última calle, ocupada por instalaciones de AENA. La advocación original que le otorgó esta aristócrata de la Restauración fue la de San Juan Bautista; su construcción en ladrillo no desentona del resto de la construcción barroca, si bien está concebido como edificio independiente del resto del templo.

Asaltada, igual que el resto del templo, en 1936, no sería restaurada la capilla hasta el año 1957 por un matrimonio prominente de la localidad (foto 21), otorgándosele su actual advocación.

La antigua capilla de la Vera Cruz, y antiguo baptisterio, situada a los pies del templo, en el lado de la epístola actualmente se denomina de la Reconciliación, y conserva su rejería de cierre original del siglo XVII, y bóveda decorada con geometrizaciones barrocas.

El último elemento de interés que queremos resaltar del conjunto del templo, es la Sacristía de la parroquia. Edificada posiblemente en el siglo XVIII, junto a la cabecera sur del templo, se encuentra edificado en los mismos materiales que el resto de la iglesia, es decir, mampostería y ladrillo. El elemento arquitectónico más reseñable de su interior es su magnífica bóveda rectangular en forma de artesa (foto 22). Mostrando segmentos agallonados en su zona curva, la parte plana superior muestra una doble molduras con esquinas orejeras características del barroco madrileño y ocupadas por pequeños florones circulares, dejando en su centro una decoración vegetalizada en anillos concéntricos, también circular de mucho mayor tamaño. La delicada tonalidad cromática que muestra esta hermosa bóveda es fruto de la restauración a que fue sometida la sacristía en 1994 tras un incendio vandálico sufrido el año anterior.

Finalizada la visita y en el momento de abandonar el templo advertimos la existencia de una artística cerrajería (foto 23) en la cancela de la portada principal, fechada en el año 1682.

No podemos dejar de reseñar la magnífica labor realizada por la Asociación de Investigación histórica VICUS ALBUS, que junto a la parroquia y un conjunto entusiasta de vecinos ha impulsado que las administraciones públicas hayan restaurado magníficamente el templo, que hace uno años mostraba un aspecto triste y abandonado.

El nuevo retablo mayor.

Entre los elementos que contribuyen a la brillantez y hermosura que trasluce este templo hoy en día, destaca su hermoso retablo mayor que podemos contemplar en la Capilla Mayor. Como dijimos anteriormente, el antiguo, datado aproximadamente en 1608 y realizado por el entallador Alonso López, y los pintores Andrés Cerezo y Blas Gutiérrez, fue destruido en 1936, junto con otros menores, pero no menos artísticos situados en las naves y capillas laterales. El flamante retablo mayor que hoy podemos contemplar es fruto de las gestiones y esfuerzos de las anteriores entidades que formaron una Comisión-Pro retablo, y se encargó su elaboración al taller de D. José Antonio Martínez, de la localidad caracense de Horche. Instalado en dos fases, entre 1997 y 1998 fue finalmente bendecido por el Arzobispo de Madrid, Cardenal D. Antonio María Rouco Varela en el año 2000, con asistencia del entonces alcalde del Madrid, Sr. Álvarez del Manzano y de otras autoridades autonómicas y municipales.

El retablo es de madera dorada y policromada, y está compuesto por predela, tres cuerpos, siendo el superior inferior en anchura, y cinco calles. De estilo neobarroco muestra columnas de orden corintio, de fuste helicoidal en el cuerpo inferior, y acanalados en los dos cuerpos restantes. Las pinturas no guardan un orden compositivo especial, y son copias de obras clásicas de los siglos XVI y XVII, al igual que las esculturas de los cuatro evangelistas, San Isidro y Santa María de la Cabeza, y el Calvario rematado con un pequeño frontón con la imagen de Dios Padre.

No dudamos que en los próximos tiempos el edificio eclesial irá enriqueciendo su patrimonio mueble, siendo el próximo elemento que incrementará su calidad, el deseado órgano que piensa situarse en el coro alto.

Esperando disfrutar de la calidad musical exigible en un templo de notable arquitectura barroca como es Santa María la Antigua, nos despedimos de la imagen de su Virgen titular, situada en el camarín del retablo mayor, con el sentimiento de que pronto retornaremos a situarnos bajo su amparo.

FUENTES FOTOGRÁFICAS

  • Foto 1: artecreha.com.
  • Foto 2: romanicoenruta.com.
  • Foto 3: memories-of-art.blogspot.com.
  • Foto 4: arqhys.com.
  • Foto 5: casamentero.org.
  • Foto 6: licenciahistorica.blogspotcom
  • Foto 10: Santa María la Antigua. Vicálvaro. Folleto editado por la Parroquia, la Asociación VICUS ALBUS, y la Comisión Pro-Retablo.
  • Foto 11: Santa María la Antigua. Vicálvaro. Folleto editado por la Parroquia, la Asociación VICUS ALBUS, y la Comisión Pro-Retablo.
  • Foto 13: vicalvarohoy.es
  • Resto de fotografías por Mario Sánchez Cachero.

AGRADECIMIENTOS

La Gatera de la Villa desea agradecer a la Parroquia de Santa María de la Antigua de Vicálvaro las facilidades otorgadas para la visita y realización del reportaje del templo.

Asimismo, deseamos felicitar a la Asociación de Investigación Histórica VICUS ALBUS, encabezada por su presidente D. Valentín González Gálvez por la conmemoración del trigésimo aniversario de su fundación, y agradecerles por la amabilidad que mostraron a los miembros de esta redacción al recibirnos con los brazos abiertos en su sede, y servirnos de guía en el muestrario de los riquísimos fondos documentales, históricos y etnográficos que recopilan, estudian, clasifican y divulgan con gran generosidad. Esperamos que su anhelado proyecto del MUSEO DE VICÁLVARO sea pronto una brillante realidad.

BIBLIOGRAFÍA

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  • AA.VV. (1987) “Historia de Vicálvaro”. Ayuntamiento de Madrid, 1987.
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  • AA.VV. (2001) “Santa María la Antigua. Vicálvaro.” Parroquia de Sta. María la Antigua-Vicus Albus-Comisión Pro-Retablo.
  • AA.VV. (2007) “Arquitectura de Madrid. Periferia” Fundación COAM.
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  • KRAUTHEIMER, RICHARD (1996) “Arquitectura paleocristiana y bizantina”. Edics. Cátedra.
  • MONTERO VALLEJO, MANUEL (2003) “El Madrid Medieval” Edic. La Librería.
  • SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ, LOURDE; GONZÁLEZ GÁLVEZ, VALENTÍN (2011) “Vicálvaro, 1890-1975” Asociación Vicus Albus.

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Autor del artículo

Julio Real

Comentarios

Vicalvareño(hace 11 años)

Muy buen reportaje. Enhorabuena por acercar el tema de Vicálvaro al resto de madrileños

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